El pósito fue una institución municipal destinada al acopio y almacenamiento de cereales, trigo mayoritariamente, siendo una reserva de grano, para siembra y consumo, en tiempos de escasez.
Aunque tenemos noticias de su existencia desde fines del S.XVI, la construcción del actual edificio data de principio del siglo XIX, reinando Carlos IV. Es de planta rectangular, casi cuadrada, con el espacio interior organizado en cuatro naves paralelas, de diferentes alturas, cubiertas con bóvedas de aristas que apoyan sobre pilares. La fachada, una de las más vistosas del municipio, fruto de las reformas de principios del S. XX, tiene un marcado carácter neoclásico.
Fue en este momento cuando el municipio saca a subasta el inmueble, adjudicándose al comerciante Rosendo Ferrer. Ambrosio Mena, yerno del comprador, será el que acondicionará el interior para almacén de venta de tejidos, levantando para el nuevo uso un conjunto de estanterías de madera, escaleras, expositores, espacio de oficina bancaria…, que a día de hoy están en perfecto estado de conservación y son un caso único en Andalucía.
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